En medio de la agitación política y la preocupación por la seguridad en Nueva York, el expresidente Donald Trump se reunió con un grupo de bodegueros dominicanos el martes después de una jornada en el tribunal. La reunión tuvo lugar en Harlem, donde Trump continuó su campaña electoral de cara a las elecciones de noviembre.
El motivo principal de la reunión fue abordar la preocupante ola de robos y violencia que ha afectado a los bodegueros dominicanos en la ciudad, cobrando vidas de trabajadores y clientes por igual. Trump, al dirigirse a los bodegueros, prometió “arreglar” la ciudad de Nueva York, destacando su compromiso con el restablecimiento del orden y la seguridad en las comunidades afectadas.
Uno de los casos que destacó durante la visita fue el incidente ocurrido en la bodega Blue Moon en 2022, donde un empleado dominicano, José Alba, apuñaló y mató a un hombre en un aparente intento de asalto. Este caso generó un debate sobre la legítima defensa y provocó indignación entre los bodegueros, quienes argumentaban que Alba actuó para protegerse a sí mismo y a los demás presentes en la tienda.
Aunque Alba no estuvo presente durante la visita de Trump, su caso sirvió como un ejemplo de la difícil situación que enfrentan los bodegueros ante la creciente violencia en sus negocios. Los cargos de asesinato contra Alba fueron desestimados posteriormente por la Fiscalía de Manhattan tras una exhaustiva investigación, lo que subrayó aún más las tensiones entre los comerciantes y las autoridades.
La visita de Trump fue recibida con entusiasmo por parte de los bodegueros y sus defensores, quienes han expresado su frustración por lo que consideran una falta de acción por parte de los legisladores estatales para abordar el problema de manera efectiva. Francisco Marte, presidente de la Asociación de Bodegas y Pequeños Negocios, agradeció la visita de Trump y criticó la falta de medidas para endurecer las penas contra los delincuentes reincidentes.
La campaña de Trump aprovechó la visita para destacar la importancia de las bodegas en las comunidades marginadas, describiéndolas como “un salvavidas” y “el corazón de la comunidad”. Además, se enfatizó en el papel vital que desempeñan las bodegas al proporcionar oportunidades económicas a cientos de inmigrantes y sus familias, ayudándoles a alcanzar el sueño americano y a integrarse en la sociedad.
En resumen, la reunión entre Donald Trump y los bodegueros dominicanos en Nueva York puso de relieve las preocupaciones sobre la seguridad en la ciudad y destacó la importancia de abordar la violencia que afecta a estos pequeños negocios. Aunque las soluciones a largo plazo siguen siendo objeto de debate, la visita de Trump sirvió para generar conciencia sobre el problema y para ofrecer un mensaje de apoyo a los comerciantes afectados.
